This post is also available in: English (Inglés)
GLASGOW, ESCOCIA – En una sesión de grupo titulada «Entonces, ¿quieres un trabajo verde?» en la recientemente concluida Conferencia sobre el Clima COP26, el Subsecretario de Estado Parlamentario de Aprendizaje y Competencias para el gobierno de Su Majestad, Alex Burghart, reveló cual era la «obsesión principal» de su cargo en respuesta a una pregunta sobre el papel que jugarían las comunidades indígenas y marginadas en la floreciente economía «verde»:
“Gran parte de mi trabajo es hablar con las personas que no van a tomar el camino universitario”, respondió Burghart, y que en cambio se concentraría en aquellos que “irán directamente al mercado laboral o optáran por entrenarse en ámbitos técnicos [para] trabajar en las plantas de energía nuclear del mañana y ayudarnos a construir los barcos ecológicos de la próxima década”.
Además de los superiores de Burghart en el Departamento de Educación del Reino Unido, ahora encabezado por el ex director de estrategia de Gulf Keystone Petroleum, Nadhim Zahawi, la sesión de grupo fue patrocinada por The Prince’s Trust International, una organización sin fines de lucro fundada en 2015 por el Príncipe de Gales para «Hacer frente a la crisis mundial del desempleo juvenil» que opera en la India y otros doce países del hemisferio Sur Mundial, y One Young World (OYW), también conocido como el «Foro de la Juventud de Davos», cuyos patrocinadores incluyen a Pfizer, BP y el Banco Mundial, por nombrar a sólo un puñado de las principales corporaciones e instituciones que respaldan la cumbre anual.
El presidente colombiano y ex oficial de relaciones públicas del Banco Interamericano de Desarrollo, Iván Duque Márquez, inició la sesión a través de un mensaje de video pregrabado en nombre de OYW. Los vínculos del jefe de Estado latinoamericano con las redes del crimen organizado, que ayudaron a llevarlo al poder, son solo una de las muchas realidades inoportunas que llegan a omitirse en los discursos híper optimistas y acogedores en torno a la llamada economía verde promovida en la COP26.
El ejecutivo del ‘startup’ Too Good To Go, Jamie Crummie, se unió al panel representando a la compañía que desarrolló una aplicación móvil para la “reducción del desperdicio de alimentos”, brindándole un barniz positivo al concepto de los negocios éticos y así ocultar lo que en realidad es un caballo de Troya para avanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (SDG por sus siglas en inglés) Nº 12 de la ONU, que busca poner las cadenas de abastecimiento de alimentos bajo un mandato global controlado por los poderes de Occidente.
La aplicación móvil crea un mercado secundario para la comida sobrante en los restaurantes y utiliza lo que cualquiera juzagaría como un esfuerzo loable para influir en las políticas de los gobiernos mundiales y de esta manera alinearlos al marco de los SDGs. Los SGDs son fundamentales para la creación del paradigma corporativo del Cuarto Sector previsto por la Fundación Rockefeller y sus socios en la industria financiera, como el gigante de la gestión de activos BlackRock, que está utilizando su enorme influencia en las juntas directivas de las empresas para forzar la adopción de políticas ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG por sus siglas en inglés) en prácticamente todos los sectores de la economía.
ESG, a su vez, es el principio sobre el cual se apoya todo el modelo de inversión de impacto. El Quality Education India Development Impact Bond (QEI DIB) es solo uno de los muchos programas piloto que se están llevando a cabo de manera simultánea en todo el mundo para sentar las bases de la recolonización de la tierra, utilizando narrativas de sostenibilidad para establecer las trayectorias laborales de un future digital donde los mercados financieros se elevan a un estatus cuasirreligioso y la protección del medio ambiente es una opción para inversionistas más que una forma de vida.
Armas del imperialismo
En la primera parte de La Nueva Cara del Colonialismo, nos enfocamos en los patrocinadores de la QEI DIB, liderados por el hijo de la Reina de Inglaterra, quien ha dedicado gran parte de su vida pública a cultivar una imagen pro-ambientalista y cuenta con un enorme aparato de propagandístico multinacional para transmitir esta imágen al mundo. La segunda parte analiza las organizaciones que estan implementando el proyecto piloto.
Los detalles técnicos, pero cruciales, de la tecnología blockchain IXO empleada por el financiador de riesgos del proyecto, UBS Optimus, para registrar y autenticar los datos de los bonos y asignar los pagos de los resultados ya fueron cubiertos en profundidad por Leo Saraceno para Silicon Icarus y es una lectura vital para quienes busquen captar en panorama completo.Entre los que realizan el trabajo directamente, encontramos organizaciones vinculadas a muchos de los mismos sectores de energía, industria pesada y financieros que estan asociados con los consorcios alineados con los SDGs como lo son el OYW o el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés). El gerente de desempeño de la DIB, Dalberg Consultants, con sede en Ginebra, literalmente escribió el libro sobre cómo formar asociaciones entre las corporaciones y actores sociales, produciendo el “primer” índice de calificación de la ONG y las agencias de la ONU como parte del marco del Pacto Mundial de la ONU de 2007, la iniciativa original de “sostenibilidad empresarial” anunciada en el WEF en 1999 por el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, para promover los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que luego serían reemplazados por los SDGs.

El cuestionable historial de Dalberg incluye proyectos con el Departamento de Estado de EE. UU. y la dudosa intervención de la administración Obama en Haití después del devastador terremoto de 2010. El Departamento de Estado liderado por Hillary Clinton le otorgó a Dalberg un contrato de $ 1.5 millones para evaluar la situación de los damnificados en la nación caribeña y fue objeto de intensas críticas por su falta de experiencia. La firma también ha sido vinculada a prácticas sospechosas financieras en la propia ONU y acusada de tener acceso a «información privilegiada» y falta de transparencia en la adjudicación de contratos, así como estar involucrado en operaciones de fondos ilícitos en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Gaurav Gupta, director regional de Dalberg para Asia, dirige la operación de gestión del desempeño para el DIB a nombre de la consultoría. El graduado de Yale y Oxford también forma parte de la junta directiva del asesor técnico del proyecto, Educate Girls, que fue el proyecto original financiado por el British Asian Trust del Príncipe Carlos en 2015. Gupta también dirige la división de energía de la empresa, la cual realiza proyectos de energía sostenible en la región, donde también participa de manera activa en el despliegue de servicios financieros digitales en asociación con Omidyar Network.
Por consiguiente, Dalberg supervisa tanto los aspectos técnicos como las métricas de rendimiento asociadas con el DIB, que es llevado a cabo por los cinco proveedores de servicios que reciben los fondos de resultados para ejecutar los supuestos servicios educativos y recopilar los datos de cientos de miles de niños en la India. Los fondos de Dalberg provienen del “socio de conocimiento” del DIB, Tata Trusts, una organización benéfica dirigida por una de las familias más ricas de la India, que al igual que la Fundación Mittal, la fundadora de resultados, atribuye su vasta fortuna a la industria del acero.
Regreso de los Zamindares
Jamsetji Tata, venerado como el «padre de la industria india», dejó una herencia considerable para sus dos hijos Dorabji y Ratanji. Ambos serían nombrados caballeros por la Corona británica a principios del siglo XX y continuarían construyendo sobre el legado de su padre, formando el conglomerado multinacional Tata Group, que hoy abarca las industrias hotelera, inmobiliaria, química y siderúrgica.
Tata Steel se encuentra entre las empresas productoras de acero más grandes del mundo, opera en 26 países y cuenta con una capacidad de acero bruto de 34 millones de toneladas por año. En 2019, su fábrica en el distrito de Jajpur de Odisha, India, fue reconocida por el WEF como miembro de Global Lighthouse Network (GLN), por «demostrar liderazgo en la aplicación de tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial e impulsar el impacto financiero y operativo».Su fábrica de Ijmuiden en los Países Bajos ya había sido incluida en la lista y formaba parte de solo 16 «faros» considerados por el WEF «como puntos de referencia y servir de guía a otros para poder superar los desafíos que presenta la actualización de sistemas y la aplicación de tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial (AI), análisis de big data e impresión 3D”.

Tata Trusts, la organización coordinadora filantrópica dirigida por el ex presidente de Tata Group, Ratan Naval Tata, preside sobre una amplia cartera que abarca prácticamente todos los sectores de la economía. Su cartera de educación cuenta con la Social Finance India de Sir Ronald Cohen y el British Council entre sus beneficiarios, y a USAID entre sus socios de financiamiento. Solo dos entidades figuran entre sus socios técnicos: el Instituto Tata de Ciencias Sociales y el Programa de Educación de Maestros Scheller (STEP) del MIT, un programa de diseño de videojuegos de aprendizaje, también conocido como la “sala de juegos de la educación”.
Esclavitud autocodificada
Incluida como Evaluador de Resultados “Independiente” de la DIB, se encuentra una empresa de Atlanta, Georgia llamada Gray Matters India (GMI), que fue adquirida el año pasado por una empresa de inteligencia artificial con sede en Singapur respaldada por la Fundación Michael & Susan Dell, llamada ConveGenius. La compañía ya había desplegado su tecnología ‘edtech’ de IA conversacional en la India a través de acuerdos con el gobierno estatal que llegaba a medio millón de estudiantes en 5,400 escuelas, de acuerdo a The Economist. En abril, ConveGenius lanzó su producto directamente a los consumidores, ligado directamente al plan de estudios nacional a través de la applicación móvil de Facebook, WhatsApp y aumentó su base de usuarios a 4.5 millones de personas, que obtienen el servicio de forma gratuita, pero cuyos datos permanecen como propiedad de ConveGenius.
Un director de la Fundación Dell y miembro del consejo asesor de ConveGenius, Prachi Windlass, consideró que era el momento adecuado para “llevar el producto a millones de niños”. Específicamente, el momento al cual se refiere es el de la pandemia Covid-19, que ha proporcionado la excusa perfecta para que un sin número de nuevas empresas digitales «llenen el vacío» de la creciente «brecha digital».
Otro de los proveedores de servicios de la DIB es el desarrollador de software de tecnología educativa, Mindspark. Entre los socios de esta plataforma de aprendizaje adaptativo basada en la nube se encuentran Google, USAID, la Fundación Dell y la Fundación MacArthur. Las otras cuatro organizaciones que reciben fondos para ejecutar el piloto en India son la Kaivalya Education Foundation (KEF), Gyan Shala, Pratham InfoTech y la Society for All- Around Development (SARD). Con algunas excepciones intercambiables, cada uno de ellos comparte la misma lista de patrocinadores corporativos y filantrópicos provenientes de Silicon Valley, Wall Street y la Ciudad de Londres.
Uniendoles a todos están las entidades de gobernanza global representadas por las múltiples agencias de las Naciones Unidas, que siempre se han valído de la pretensión de democracia global como una herramienta para la establecer la hegemonía de los poderes de occidente. Bajo la égida del príncipe Carlos, nieto del último emperador británico de la India, las narrativas hermanas del cambio climático y la salud pública se entrelazan para recolonizar el mundo y apúntan a las generaciones más jóvenes para erigir un muro digital invisible entre ellas.
Después de todo, la continuación de la extracción de recursos naturales y la explotación laboral necesaria para mantener el nuevo imperio global reinventado como una oportunidad de inversión verde, ecológica y socialmente justa solo es possible dentro de una realidad virtual comisariada. Así, mientras que a un lado del mundo se le enseña a codificar los muros de su propia prisión, el otro aprenderá a fingir que jugar con su aplicación móvil de activos ESG realmente cambian al mundo.
Ir a 1ra Parte